Entrevista

Rector Roberto Mateluna

¿Qué cambios son los que ha visto usted con el pasar de los años?

Los cambios son de qué… En realidad, no son muchos porque he ido viendo yo, acentuándose cada vez más la calidad humana de ustedes. Si yo hablara de un cambio, es un cambio que va en evolución y yo no sé cuándo va a tocar techo porque el que aquí en el colegio todavía, por ejemplo, va un profesor y ustedes se ponen de pie con mucho respeto y cariño hacia el profesor, eso debo reconocer yo que ha ido siempre cada año mejorando aún más. Entonces yo no sé dónde está el límite o el techo, porque en lo demás no veo dónde podríamos. Ahora esta pregunta trae aparejada una preocupación, porque ¿esto se irá a mantener en el tiempo? En un tema que ha sido conversado entre nosotros porque el concepto que nosotros tenemos de ustedes es el mejor concepto, que aquí siempre está la voluntad del chiquillo de escuchar, la humildad, el trabajo de equipo, etcétera, entonces en lo personal como rector del colegio me preocupa cuando esté al lado y ya me tenga que retirar porque ya los años, han sido 25 años, ya estoy en la época de que termine un ciclo, y eso me da temor de poder mantener esta senda que hemos tenido hasta aquí y eso sí que va a ser un desafío importante.

¿Cómo ve el futuro del colegio?

Yo lo veo promisorio, yo creo que el barquito sé qué le decían antes va navegando bien por agua tranquila, el puerto está clarito, sé dónde está solamente y es natural yo creo que a todos les debe ocurrir, esa no sé si decir incertidumbre, duda o preocupación mejor dicho, que esto se mantenga en el futuro porque cuando uno está convencido que va por buen camino te surge naturalmente la prevención, permanecerá en el tiempo se perderá, entonces mi preocupación cuando la última pregunta es eso, el desafío en el futuro cuando yo dé un paso al lado, porque no se olviden que yo he sido el capitán del barco 25 años, pero tengo fe que esté tan ensamblado en los profes o en el que venga todo este asunto, estas condiciones que el colegio no tendría por qué irse para otro lado.

¿Cómo nace la idea de crear el colegio?

Hace 25 años atrás, Talagante en el aspecto educacional era un pueblo, una comuna y una provincia, porque no se olvide que Talagante también es cabecera de la provincia de Talagante, es la comuna y las provincias que abarcan Monte, Isla de Maipo, Peñaflor y Padre Hurtado, además de Talagante por supuesto había cierta carencia de colegios. Estamos hablando de un cuarto de siglo atrás, si nos miramos en esos términos. La alternativa era un par de colegios nada más, por ejemplo el Instituto de Talagante, por ejemplo, el Carampangue y el Sagrado Corazón, muchos procedíamos del Sagrado Corazón de aquel tiempo y nosotros vimos esa necesidad, pero también apoyados por muchos apoderados en lo personal, junto al profesor Iván Cuadra que éramos colegas, muchos apoderados nos abordaron con el objeto de solicitarnos de poder hacer un colegio de excelencia académica, un colegio que reunía ciertas condiciones respecto de los principios, respecto de los valores, etcétera y, por lo tanto, yo al observar el medio, yo profesor también antiguo que había trabajado en este colegio y en este otro, obviamente me fui formando una convicción un convencimiento de que sí que había un colegio había carencia de colegios. En Peñaflor solamente estaba el Terranova, por ejemplo, un colegio muy pequeño, muy reducido, que no daba cobertura a toda la comunidad, por decirlo, de la Comuna de Peñaflor. En el Monte sencillamente no había, en la Isla de Maipo tampoco, entonces siempre los isleños, los montinos miraban Talagante y bajo ese punto de vista era urgente crear un colegio que centrará como le digo de manera clara cuál es el objetivo, definir por supuesto la línea filosófica del colegio que es la línea filosófica que estuvo dada por un colegio laico y humanista, pero el mayor desafío nuestro en aquel tiempo y mío en lo personal, yo soy profesor de Historia, era que esto nos quedara en el papel, por lo tanto, decidimos nosotros formar un colegio pero que la definición, o sea los conceptos que nosotros pusimos ahí, el colegio laico, humanista, meritócrata, que realmente se plasmaron en realidad. Y de esa manera fue que en el año 1998 ya decidimos nosotros hacer el lanzamiento del colegio.

¿Cómo ha visto el avance del colegio?

Yo a esta altura del partido, jóvenes, veo el colegio bien posicionado porque en el camino se fueron concretando los sueños, los ideales que nosotros nos habíamos propuesto. Pero yo creo que el éxito más importante del colegio fue que fuimos capaces de mantener nosotros toda la línea valórica que se trazó el colegio al comienzo. Del respeto, del compañerismo, de la camaradería, eso mismo que ustedes disfrutan hoy en día. Porque cuando el colegio se fundó, esos eran los cimientos que el colegio tenía, pero yo aquí quiero poner énfasis en lo siguiente; el colegio era un colegio muy pobre, desde el punto de vista material, porque estaba recién fundado, de hecho, había salas que se llovían. Cuando nosotros nos trasladamos a este lugar donde estamos ahora, con un sitio más grande, con casi toda esta área, con salas más confortables, con baños más confortables, dentro de la modestia nuestra, por supuesto, yo creo que el gran mérito del establecimiento fue que no se cambió ni un ápice de lo que era su desafío fundacional. Es decir, al final demostramos que el colegio no son las paredes, sino el factor humano y la mejor demostración de ello es que pasó de un colegio modesto desde el punto de vista de la infraestructura, a un colegio un poquito más imponente, pero se mantuvo el mismo espíritu. Y respecto a los alumnos, los profesores y la dirección del colegio, han sido capaces de mantenerlo.

¿Cómo describiría al alumno Davinciano?

Alumnos davincianos parte por la humildad, la humildad es un don, nunca se debe transar, ustedes deben permanecer con esto el de nunca creerse más de lo que son o creerse superior al resto de las personas, por el contrario, nunca perder el sentido del respeto hacia los otros aunque tenga respecto un barrendero o un banquero, para mí ambos son personas porque también hay ahí un delirio humanista, para mí la persona vale por lo que es, no por lo que tiene no, no me interesa el origen, cuál es su origen no por lo que es y se cumple estas funciones de todo entonces la lucha conforme a eso es un alumno además de respetuoso buen compañero, empático, preocupado de los demás, que lo que ustedes aquí practican diariamente supongo yo, espero que así sea, es un alumno meritócrata en cuanto a que se reconoce las potencias, las capacidades y los talentos que tiene y eso él lo pone en marcha para lograr sus objetivos, pero además esa meritocracia tiene que ser una meritocracia solidaria y colaborativa, o sea lo que usted aprende de aquí si yo avanzo y miro para el lado intento cómo hago para que mi compañero también avance, porque en un mundo insensible como estamos hoy día lo que nosotros como colegio hemos querido hacer siempre, y esto no ha sido un doble estándar chiquillos, se ha creado con nosotros siempre y ha sido un solo discurso, no dos discursos, uno de que la persona se la respeta por lo que es como ser humano, no importa tú dónde vives, cuál es tu apellido, cuál es tu cuna, eso no nos interesa y sí ayudarles a ustedes a sacarles de adentro lo que tienen como talento, como intereses, que son los intereses vocacionales y que finalmente les ayudan a elegir la carrera que quieren estudiar. El colegio te trata de colaborar en ese aspecto también. Entonces el alumno Davinciano no es una mezcla, es una definición de varios elementos asociados con valor y principios, el mejoramiento como personas a través de la meritocracia, ser empático, ser humilde, ser respetuoso y ser solidario.